GSMA Mobile World Congress Americas 2017: Los máximos directivos de la GSMA y la CTIA inauguraron el certamen con grandes charlas que destacaron el potencial de la industria del móvil en la región americana, provista de una sólida base en 4G sobre la que se pueden construir los desarrollos ulteriores.
Mats Granryd, director general de la GSMA, ha afirmado que en 2023 habrá 100 millones de conexiones a 5G en América del Norte, “tan sólo cuatro años después del lanzamiento” si el continente sigue un ritmo de adopción similar al de la 4G.
En 2025, aproximadamente la mitad de las conexiones de América del Norte se realizarán ya sobre 5G, frente a un porcentaje aproximado del 30% en Europa y en los principales mercados asiáticos.
Granryd también ha afirmado que la tecnología móvil está “transformando las industrias” y se ha referido a las oportunidades que surgen en mercados como el de vehículos autónomos y el de ciudades inteligentes, a partir de las “enormes cantidades de datos” generadas por Internet de las Cosas y la inteligencia artificial.
Meredith Attwell Baker, presidenta y consejera delegada de la CTIA, dio comienzo a su intervención asegurando que los consumidores estadounidenses “usan más datos móviles, a velocidades cada vez mayores, y pagan menos por la mejor experiencia de uso de la tecnología móvil que se conoce en el mundo”.
Pero también ha observado que se está produciendo una feroz competición por triunfar en la batalla de la 5G.
Ha explicado que “no nos podemos engañar, la carrera por el liderazgo mundial en 5G ya ha empezado. Y la competición es dura. China llevará a cabo más de 100 pruebas este mismo año. Corea del Sur y Japón están avanzando con sus compromisos en 5G para los Juegos Olímpicos. Todos los países saben que el liderazgo en tecnologías inalámbricas genera puestos de trabajo, inversiones e innovación. Están pasando a la acción porque quieren triunfar. Nosotros también queremos triunfar.”
Pero la victoria sobre los rivales pasa siempre por solucionar los problemas derivados de las regulaciones. El uso cada vez más frecuente de small cells implica que “las nuevas redes exigen nuevas normas, normas concebidas para antenas del tamaño de una caja de zapatos, no para torres de 70 metros”.
Y, por supuesto, el espectro va a tener un papel fundamental y se necesitará “un calendario, unas previsiones claras” sobre la disponibilidad comercial de las nuevas frecuencias. Ha explicado que solo será posible “satisfacer la demanda creciente en América si se dispone de más espectro… cientos de megahertzios de nuevo espectro”
Con información de MWL