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Por Nicolás Lucas

El Economista

Sao Paulo.- Los dos son operadores mayoristas. Los dos, de alguna manera, han recibido un impulso del gobierno vía la inyección de liquidez financiera o entrega de espectro. Y los dos también significan proyectos novedosos en sus respectivos países, por lo que la suspicacia sobre el éxito o no de sus planes de negocio los persigue a donde quiera que vayan.

Son la Red Compartida de servicios móviles mayoristas en México y el operador mayorista de servicios de transporte de datos por cable submarino Angola Cables; éste último, aunque no conoce a profundidad el mercado mexicano, sabe del plan del Consorcio Altán; sabe que de su futuro desempeño puede aprender algo y al mismo tiempo enseñarle de lo que ha aprendido en un negocio dominado por operadores tradicionales como Vodafone o por gigantes de Internet como Facebook y Microsoft.

Angola Cables está entre los nuevos jugadores que se dedican a transportar datos por la infraestructura fijada bajo el mar, lo que en la industria de telecomunicaciones llaman “paseros”, y no quiere perder su lugar ante un China Unicom que avanza sobre su natal África.

En 2009 inició su camino de conectar Angola con el resto de África; luego con Europa, a través de un cable que liga al país angoleño con Londres y está por “pasar” su cable hasta Fortaleza, en el estratégico noreste de Brasil, para construir allí un centro de datos que conecte a su red con otros cables submarinos de este hemisferio, por ejemplo con los de América Móvil o con el de Telefónica, y entonces pueda conectarse con América del Norte, en principio hasta México “como parte natural de ese mercado que es América Latina para Angola Cables”.

El Banco de Desarrollo de Angola ya le concedió 130 millones de dólares a la empresa, dinero que Angola Cables ha sabido aprovechar para financiar sus planes en Brasil; allí quiere ligar a su centro de datos de Fortaleza con Miami por el norte y con Maldonado, en Uruguay, por el sur, con un cable de 6,000 kilómetros con capacidad de 40 Terabytes para satisfacer la demanda de los consumidores, cuenta en entrevista durante el Futurecom 2017 el gerente de ventas y de estrategia de mercadotecnia de la compañía africana, Artur Mendes.

 — Artur, gracias por los minutos. En un evento regional como es Futurecom uno esperaría ver y conocer de empresas latinoamericanas, más que de compañías de otros continentes y mucho menos de una nación africana; esto, por el estigma y las imágenes que recibimos en Norteamérica de aquella parte del mundo. Espero comprenda el planteamiento.

 — Efectivamente; ese ha sido nuestro primer obstáculo: cambiar esa imagen, como me parece está intentando allá (en México) el proyecto de la red neutra cambiar los comentarios acerca de su futuro. Nosotros, te diré, somos una entidad angoleña, pero eso no quiere decir que estamos sólo en Angola. Desde un inicio nuestra intención ha sido operar como un operador mayorista e ir en busca de mercados por fuera.

La idea de expandirse por el mundo se inició cuando vimos que fue posible conectar primero la parte occidental de África; después, el cable llegó hasta España y Portugal y Londres; por lo menos once países de africanos ahora se conectan con nosotros.

 — Lo que cuenta suena a valía y en este mundo, aun con lo globalizado que está sigue habiendo empresas que tienen una vida más “aldeana”; que no intentan buscar otras oportunidades. Pero en su caso, ¿cómo ha sido competir con otros operadores reconocidos? ¿Qué vieron en Brasil?

 — Por partes, ha sido, en nuestra región, competir contra un Vodafone; representarle una empresa de interconectividad más a la que hay que competirle y eso ha significado un beneficio para los operadores finales y los mismos consumidores, que desde un tiempo para acá han visto una baja en los precios; más los primeros: al haber nuevos jugadores que ofrecen el mismo servicio, aun con que sea el nuevo de la calle, si lo hace bien y a costo accesible, el mercado se vuelve más competitivo y los precios bajan.

Y con Brasil son, básicamente, dos los argumentos que nos hizo venir. El primero, que Brasil fue de los primeros países en reconocer a Angola como país independiente; porque pertenecemos a esa comunidad lusófona y el pretexto de mercado es que Fortaleza es un punto geográfico estratégico, donde todos los paseros conectan sus cables, a los que podemos conectar con África y conectarnos con América, además de los 200 millones de usuarios que tiene Brasil.

 — Esto que me dice me suena muy lógico. Y para qué me suena un tema más lógico, ¿qué perspectiva de negocio tiene para este mercado en los siguientes años? No creo que esto se vaya a quedar así… 200 millones de usuarios…

 — Un plan, el más importante que tenemos, es el de desarrollar un red de regiones, no sólo de países; una ruta que pueda conectar tal parte del mundo con otra parte del mundo. En un tiempo donde Oriente Medio tiene problemas políticos o de guerra, tener un cable en otra ruta es muy deseable y cuando la ruta del norte se satura, otra puede desahogar el tráfico, además de que el costo es más bajo por temas de geografía; de si estás en un hemisferio mandar tu tráfico por una ruta más lejana implica un costo mayor.

Nosotros queremos hacer un nuevo paradigma; intentarlo. Estamos desarrollando una nueva ruta. La primera acción es ligarnos con Brasil, luego con Estados Unidos y crear una nueva ruta de transporte de datos en el hemisferio sur. Un cinturón que vaya de Angola hacia Asia y Oriente Medio, por un lado, y que por el otro, se conecte con toda América, haciéndola muy atractiva ante otras redes.

 — Perdone que peque de ingenuidad, ¿pero qué diagnostico tiene para ver oportunidades para este plan?

 — Primero, las rutas actuales están siendo útiles para Estados Unidos, pero no tan eficientes para América Latina: su tráfico sube, cuando puede ir en horizontal hacia mercados que también son su destino. Además, los costos pueden ser más económicos y traducirse en beneficios al consumidor.

Ahora, hay un tráfico de 10.4 Terabytes contra 10.6 Terabytes entre las rutas del norte y las del hemisferio sur; por Sao Paulo salen dos Terabytes de tráfico y por Frankfurt, cinco; ¿qué nos dice eso? Que el aumento del tráfico se irá duplicando cada año en el sur y que habrá un pico en el 2023, por lo que hay que estar preparado con planes de negocio, con infraestructura y con visión desde ahora. Todo mundo piensa que las comunicaciones de los dispositivos van por el aire, pero no es así: el 90% de esos datos viajan por cable submarino.

 — Comprendo: dicen que las comunicaciones móviles de esta época son las más cableadas de la historia. Por eso en México, la Red Compartida está apurada en montar postes, pero también mucha red de fibra óptica. ¿Qué más sabe Angola Cables que pudieran aprovechar los líderes de ese proyecto en algún momento, en un supuesto?

 — Sabemos que puede ser un contrapeso a la red del gigante Carlos Slim. Y creemos que tiene toda una bolsa llena de posibilidades: es un proyecto nuevo, único; que también nace en un momento en que nuevas tecnologías están apareciendo y que las leyes (marcos regulatorios) pueden ayudarla a expandirse en otros negocios de su giro; no sólo en ser mayoristas de servicios de voz. Este momento económico y tecnológico puede permitirle mirar otros incentivos.

 — Ser un contrapeso para la empresa América Móvil es una intención del Estado mexicano, pero sabemos que no será nada sencillo para la Red Compartida, como, uno pudiera imaginarse, lo sería para un Angola Cables entrar en directo o indirectamente a México…

 — Nosotros no tenemos ahora mismo un negocio en México, ni hemos considerado aún una inversión allá, pero eso no quiere decir que en el mediano plazo no tengamos nada para llegar de alguna manera. Dentro de este plan que tenemos de ligar a toda Latinoamérica podemos llegar a México pronto con otros paseros; transportarles sus datos y llevárselos hacia diferentes regiones por otras rutas, haciéndoles sus costos más eficientes.

No es que tengamos que pelearnos con Slim, podríamos convertirnos en socios de negocios; podríamos interconectarnos con el AMX1 -el cable submarino de América Móvil- y sacar su tráfico para otras partes; ofrecerle capacidad y aprovechar la posición geográfica de cada uno. Lo interesante es cómo se toman las visiones de negocio.

 — Insisto: eso es con Carlos Slim y con Angola Cables, ¿pero qué podría aprovechar la Red Compartida de esta marca?

 — No se trata de emular o hasta qué grado es apropiado. Esa red tiene ventajas: el hecho de que sea un operador neutro le abre un lugar particular en el mercado; no es exclusiva de ningún operador, pero sí está abierta a todos. Su existencia deberá modificar los precios en el mercado y entre sus planes bien puede haber otros objetivos de negocio a potenciarse, como decía anteriormente.

Volviendo al inicio, sus líderes deben ser pacientes y constantes: esa red tiene el potencial de garantizar el insumo esencial para el creciente consumo y hacer negocio, por eso creemos que debe apretar sus fuerzas. Hacer de esa red una red neutra fue una idea óptima del gobierno, porque así fue el origen de nuestra empresa, que nos ha costado, porque nadie nos quería dar un contrato de llevar sólo un cable de Sao Paulo a Santos -una distancia de 55 kilómetros-, pero apretamos y nos ganamos nuestra credibilidad. El resultado es que ahora estamos en Fortaleza para a dónde ir más.

Fuente: El Economista

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