Se espera que de las 8,5 toneladas de Tiangong-1, unos 100 kilos de fragmentos «sobrevivan» al ingreso en la atmósfera terrestre, y caigan al mar. Sin embargo, los cálculos deben esperar hasta último minuto.
Hace más de un año, la agencia espacial china confirmó que un fallo técnico no especificado haría que su estación espacial, la Tiangong-1, caiga a la Tierra sin control alguno entre octubre de 2017 y abril de 2018, sin conocer el lugar exacto del impacto.
Evidentemente, ello aún no ha ocurrido. Porque el módulo de 8,5 toneladas aún permanece perdiendo altura y esta vez aumentó su velocidad de descenso, situándose por ahora a unos 300 km de altura, según las últimas estimaciones, y esperando desintegrarse una vez ingrese a la atmósfera terrestre a causa de la fricción, lo que probablemente ocurra antes de fin de año,
Cabe recordar que las estaciones espaciales poseen un sistema de microgravedad que las hace “caer” lentamente a la atmósfera, por lo que cada cierto tiempo los astronautas deben ajustar su impulso mediante módulos externos y llevarla nuevamente a su órbita original.
En un principio, la estación tenía pronosticado servir hasta 2013, pero los responsables del proyecto, el primero en la historia de China en esta categoría, decidieron extender su vida útil para recopilar más datos. Ahora,la estación ingresará a la atmósfera dejando unos 100 kilos de fragmentos “sobrevivientes”, que se espera caigan al mar. Sin embargo, esto no es seguro y faltan varios meses y cálculos para determinar su destino final. Los expertos consideran que el riesgo de daño a personas es escaso.
Fuente: The Guardian