Espectro y 4G permitieron al IFT crear la mejor “tarifa cero” para Telcel

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Por Nicolás Lucas
El Economista

Para la construcción de la nueva tarifa de interconexión que Telcel cobrará desde el 1 de enero del 2018 a sus competidores, el Instituto Federal de Telecomunicaciones echó mano de doce componentes y cimentó su argumentación en una metodología de costos de diciembre del 2014, pero también se afincó en otra de más reciente data que estuvo a consulta pública entre octubre y diciembre del 2016, y a la que en general la industria dio su venia en esas fechas luego de una serie de intercambio de opiniones entre regulador y regulados.

Principios como cobertura, cuotas de mercado, distribución de tráfico hacia otras redes y dentro de la misma red de Telcel; incorporación por primera vez de elementos técnicos a consideración como coubicación y enlaces de interconexión cruzada, así como el dato económico del tipo de cambio peso-dólar del día, del 1 de noviembre; pero también, sobre todo aquello que tiene que ver con el uso eficiente del espectro radioeléctrico y adopción de la evolución tecnológica fueron los factores que sirvieron de base para que el regulador definiera una tarifa de 0.028562 pesos por minuto que Telcel pueda cobrar al resto de la industria cuando las comunicaciones de los usuarios de ellos terminen en sus redes.

Con esa nueva escala de precios, los comisionados del IFT argumentaron el 2 de noviembre pasado que el preponderante Telcel estará en condiciones de recuperar costos por la explotación de sus activos cuando se originen las intercomunicaciones con AT&T o Movistar, por ejemplo, y que será cuestión de las otras compañías buscar las oportunidades de mercado más convenientes para mantener la rentabilidad de su negocio sin menoscabo de los intereses de los consumidores, esto tras un periodo de tres años en los que una regulación decretada por el Congreso de la Unión les ayudó a esquivar pagos económicos a Telcel en la terminación de sus llamadas de voz.

El regulador también se aseguró además de que las obligaciones que Telcel tiene para con su competencia se mantuvieran más amplias en relación con las que la competencia tiene con Telcel, a fin de emparejar el mercado móvil, lo que en la industria de telecomunicaciones denominan como asimetría y que en 2017 será más elevada en comparación con la que el IFT estableció para Telcel en 2014.

Y si bien, dijo el Instituto Federal de Telecomunicaciones, no existe en el mundo una telefónica con cerca del 70% del mercado móvil como Telcel en México, la tarifa establecida para el 2018 garantiza una asimetría de cuatro veces la obligación para Telcel frente a los competidores, además de que las diferencias entre el tráfico saliente y el entrante en las redes de Telcel no es tan “inmenso” como han argumentado los agentes detractores de la nueva tarifa, pues el tráfico es principalmente on-net, que se queda dentro de las redes del preponderante, y por tanto los impactos para los operadores no debieran comprometer los estados financieros de éstos.

Todos los comisionados, siete, coincidieron en lo general, como muy pocas veces ha ocurrido en las sesiones del pleno, en que el establecimiento de esa tarifa de interconexión beneficiará a los consumidores y redundaría en certidumbre para la que las empresas puedan sostener con mayor claridad sus planes de inversión en México. Sólo hubo una comisionada que en lo particular se apartó ese día de tres considerandos de la entonces propuesta que terminó por definir el nuevo cobro para Telcel.

La tarifa que se diseñó para Telcel fue, además, resultado del trabajo más robusto de investigación de mercado, de consideración de elementos técnicos, tecnológicos y regulatorios más completo que el IFT ha realizado, como uno de los mejores del mundo, de acuerdo con la exposición de argumentos de la Unidad de Política Regulatoria recogidos en el expediente P/IFT/021117/657.

La innovación tecnológica y la apuesta de las inversiones en redes de nueva generación tiene resultados, presumió el regulador entonces, pues mejoras en la infraestructura y un mejor aprovechamiento del espectro como respuesta a las presiones de los usuarios con sus hábitos de consumo, obliga a los operadores a diseñar otros planes de negocio y a ser más eficientes en su operación diaria, como el he hecho de aumentar el despliegue de redes 4G por las que también es posible llevar servicios de voz sobre tecnología LTE con menor costo y mayor calidad, al final un mejor servicio para el consumidor.

Según el pleno del IFT, tener tarifas de interconexión a rangos más elevado inhibe las inversiones en redes de infraestructura, afectando además la calidad y los precios de servicio en el mercado. “A menores tarifas promedio de interconexión móvil, se favorece la disminución de precios minoristas y, por tanto, aumenta la cobertura y la penetración”, comentó Arturo Robles Rovalo en parte de su intervención durante la sesión del pleno del 2 de noviembre.

Pero los comisionados asintieron que también es cierto que no necesariamente los beneficios de las tarifas a menor escala, por ejemplo la tarifa cero que definió el Congreso tras la reforma al sector de telecomunicaciones, se convierten inmediatamente en un provecho para el usuario; incluso porque tampoco existe una obligación que puntualmente supervise a los operadores a trasladar los beneficios al consumidor, planteó el comisionado Mario Fromow a sus colegas.

“El servicio de voz ya no tiene la relevancia que tenía anteriormente, entonces están migrando a una red capaz de transportar datos y estos datos pueden llevar tráfico de voz, precisamente de datos y de video, y esto hace que ciertos servicios resulten relativamente baratos para posicionarlos en cuanto a los costos involucrados en la tecnología”, platicó el Mario Germán Fromow.

Hay que decirlo, dijo el comisionado, “en México la interconexión, el tráfico de voz, todavía ofrece a ciertos operadores un ingreso considerable, pero creemos que lo que define el IFT en este momento… permite recuperar los costos y, además, tener un ingreso (para los operadores) que permita seguir creciendo las redes y que este insumo realmente se vea como tal, no como un negocio en sí, sino como algo necesario para el servicio a los usuarios finales y que los operadores en México compitan precisamente por estos usuarios finales y no basen principalmente sus modelos de negocio en una tarifa de interconexión relativamente alta”.

La nueva “tarifa cero” que el IFT construyó para Telcel está a la altura de las mejores prácticas utilizadas los mercados más competidos de Europa y se irá actualizando en los años siguientes conforme las condiciones del mercado en México lo demanden, de entre las que el factor tecnológico será tomando en cuenta siempre.

“La presencia de nuevos operadores en México, móviles como fijos, no está fundada en una expectativa de ingresos por interconexión de voz. El que viene a competir a México, un mercado de más de 115 millones de habitantes, es porque encuentra una oportunidad de negocios en el mundo que viene de datos de 4G, 5G, de Internet de las cosas; de mejorar las ofertas en velocidad, en calidad, en aplicaciones…”, argumentó la comisionada Adriana Labardini.

“Nadie esperaría que empresas del calibre de América Móvil, AT&T y Telefónica monten un modelo de negocios basado en tarifas de interconexión de voz, cuando los datos son lo de hoy y lo de mañana, y máxime cuando en la medida en que despliegan sus redes 4G el costo por transmitir voz por LTE será cada vez menor”, añadió la comisionada que en febrero del 2018 terminará con su periodo en el IFT.

Fuente: El Economista

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