La pelea de Trump con Huawei pone en medio a TracFone de Slim

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Por Nicolás Lucas
El Economista

El enfrentamiento comercial de Estados Unidos con China y sus empresas de alta tecnología podría afectar muy pronto a los operadores más pequeños del sector de las telecomunicaciones o con dueños de otras nacionalidades, ahora ante el amago del gobierno Trump de eliminar los subsidios para las telefónicas que atienden las áreas rurales, a usuarios en situación de pobreza o los de bajos ingresos. La filial TracFone de América Móvil es un ejemplo de operador que se enfoca en esos nichos de mercado.

Washington y Pekín mantienen desde hace semanas un pulso diplomático y comercial por la negativa de Estados Unidos de permitir la entrada a su territorio de teléfonos y otros equipos de telecomunicación de Huawei y ZTE a través de los canales de venta de los gigantes AT&T, Verizon, T-Mobile y Sprint, con el argumento de atajar posibles vulneraciones a la privacidad de los usuarios, pero también como una manera de obligar a China a negociar nuevos acuerdos comerciales que terminen por disminuir el déficit de los norteamericanos con los chinos.

El gobierno Trump ya logró en enero que AT&T rompiera un acuerdo para distribuir los teléfonos de Huawei entre sus 130 millones de clientes y va por más.

La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) prepara ahora un plan para quitar los subsidios a las compañías que llevan Internet, TV por cable y telefonía a zonas rurales o a los mercados de bajos ingresos, cuando quede demostrado que utilizaron equipos Huawei, ZTE o de otras marcas chinas para cumplir con esos objetivos, según recoge la prensa estadounidense.

El plan de la FCC aún está en evaluación y de momento tiene contemplado oficialmente al programa Universal Service Fund, un fondo de 8,000 millones de dólares por año con el que el Estado apoya a los operadores a llevar Internet de banda ancha a las zonas rurales con planes asequibles de servicio.

Pero en los medios de Estados Unidos no ha queda descartado que el gobierno, a través de la FCC, también ponga lupa al programa LifeLine que subsidia con 9.2 dólares por mes a las telefónicas que brindan servicios móviles a los usuarios de bajos ingresos y una de las empresas que mejor provecho han sacado de LifeLine es el operador móvil virtual TracFone, filial de la mexicana América Móvil.

Con estas intenciones, la FCC pretende evitar que el dinero de los subsidios de esos programas termine en manos de fabricantes chinos y no de compañías estadounidenses como Cisco Systems, obligando a los pequeños operadores a terminar sus compromisos con marcas como Huawei o ZTE, que no sólo construyen teléfonos sino servidores, antenas, cableado y otros elementos de infraestructura para configurar redes de telecomunicación.

Si el plan de la FCC es aprobado -según la prensa estadounidense se conocerá más del mismo a fin de mes-, TracFone deberá maniobrar rápidamente para no estar entre los damnificados de la guerra comercial China-Estados Unidos.

El Partido Republicano, por su lado, ya intenta desde 2017 echar abajo o modificar el programa LifeLine y afirma que AMX se ha beneficiado con este subsidio más allá de lo imaginado.

TracFone es el operador móvil virtual o MVNO líder en Estados Unidos. Entre 2010 y 2017 creció 30.5% su base de clientes; de 17.7 millones a 23.1 millones de usuarios, aunque al cierre del 2015 tocó un pico de 25.7 millones. El ARPU o consumo promedio mensual por usuario se expandió 71.4% entre 2010 y 2017, de 14 a 24 dólares y sus ingresos se movieron de 2,800 millones de dólares en 2010, a 7,800 millones en 2017, una suba de 178.5% en ese lapso.

El MVNO TracFone es una joya para América Móvil, pues supera, por ejemplo, en tres veces los ingresos de las filiales de su marca Claro en Centroamérica o en seis veces de Claro en Ecuador.

América Móvil, controlante de TracFone, Telcel, Claro y otras marcas reconocidas de telecomunicaciones y contenidos en América y Europa, tiene un poder negociación para responder a una posible decisión de la FCC que no resulte benéfica para su subsidiaria en Estados Unidos, planteó Juan Gnius, director en la firma de análisis sobre telecomunicaciones Telracom.

Existe el antecedente de que en marzo del 2015, América Móvil rompió con Motorola, luego de que Lenovo, la empresa controlante de esa marca, decidió vender por Internet sus teléfonos, lo que primero llevó a AMX a dejar vender esos equipos en los mostradores de Claro en Centro y Suramérica y después en los de Telcel en México. Motorola decidió volver con Telcel en mayo del 2017.

“En principio, TracFone podría desistir de vender Huawei y ZTE como forma de no generar un enfrentamiento con el gobierno y ver cómo avanza el conflicto. Los subsidios gubernamentales son clave para los ingresos de este operador. No veo, por ahora, que Slim se enfrente con el gobierno. Esperará hasta que se aclare. América Móvil tiene poder de compra suficiente para negociar con otros fabricantes”, dijo Juan Gnius, de Telracom.

Fuente: El Economista

 

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