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La Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (ASIET) ha compartido con todos los candidatos presidenciales una propuesta para el impulso de la agenda digital de Colombia para los próximos cuatro años. El documento contiene claves para evitar el rezago y el retraso en la productividad del país. ASIET destaca la importancia estratégica de las TIC para el desarrollo económico y social de Colombia e insta a darle prioridad a la transformación digital en el próximo gobierno, para lo que resulta clave un nuevo acuerdo en favor de las inversiones que permitan desarrollar la economía digital.
“No hay desafío más importante para Colombia que avanzar en la construcción de una sociedad de progreso, con igualdad de oportunidades, mejor calidad de vida, mejores servicios, más unidad y cohesión social”, así abre el documento “Agenda DIgital para el desarrollo de Colombia“ compartido con todos los candidatos presidenciales por ASIET, y hecho público en la semana de la primera vuelta de los comicios colombianos.
El documento detalla una serie de recomendaciones para fortalecer el aporte de las TIC al desarrollo social y económico del país. Esto, en un escenario en el que -con la caída de los precios del petróleo que desde 2014 generó la contracción de los ingresos totales en un 20% y el desplome de las exportaciones alrededor del 45%- Colombia necesita redefinir su estructura productiva hacia esquemas de mayor valor agregado. Las propuestas buscan favorecer desde el diálogo público privado el cumplimiento de dos objetivos fundamentales para Colombia: el cierre de la brecha digital y el avance hacia una Infraestructura de clase mundial; y el fortalecimiento de la Economía digital del país.
Para lograr el primer objetivo, ASIET propone las siguientes recomendaciones:
Propiciar un clima de confianza y seguridad jurídica para incentivar las inversiones que garanticen la cobertura de servicios a precios razonables maximizando el bienestar social. Se requiere un escenario de reglas claras en el que las empresas participantes del mercado puedan mantener sus actividades e inversiones sin percibir riesgos adicionales a los propios de la actividad empresarial, tales como cambios en las reglas de juego derivados de interpretaciones particulares.
Fomentar un escenario favorable al despliegue de infraestructuras. En Colombia “el proceso de instalación de nuevas redes e infraestructuras resulta complejo y oneroso” principalmente por “barreras locales que sin fundamento técnico restringen y dificultan el despliegue de las mismas”.
Poner a disposición suficiente espectro radioeléctrico considerando principios de eficiencia y favoreciendo la inversión en cobertura y la introducción de nuevas tecnologías por sobre la recaudación fiscal. Este recurso es el “oxígeno de la industria móvil” y resulta “esencial para facilitar el desarrollo de redes y servicios de banda ancha”. Al respecto, se reconocen los importantes esfuerzos realizados por la ANE en los últimos años, aunque la cantidad total de espectro asignada en el país aún se encuentra alejada de las recomendaciones para 2015 y 2020 de la UIT. En este aspecto, Colombia se sitúa en el 10° lugar de la región. Con el ánimo de favorecer los compromisos de inversión de la industria, se señala la necesidad de que se revisen los periodos de duración de las licencias como mínimo a 20 años. Y es que en el actual escenario, tras Paraguay, Colombia (10 años) es el país de la región con la duración de licencias más corta, lejos del promedio regional de 17.
Actualizar la fiscalidad “eliminando impuestos específicos para facilitar una mayor universalización de los servicios”. En la actualidad las telecomunicaciones se encuentran incluídas en la categoría de gravámenes del consumo de artículos suntuarios (como vehículos de alta gama) o de bienes considerados de efecto negativo en la salud (como el alcohol). En la actualidad, las tasas de tributación pagadas por el sector, que es un catalizador para el desarrollo socioeconómico, son de las mayores (2,7 veces más alto que el promedio intersectorial nacional). Colombia es el 2° país de la región con mayor proporción de impuestos específicos a las telecomunicaciones.
Eliminar barreras de asequibilidad para fomentar la inclusión y el acceso a las TIC en los hogares de menores recursos. La puesta en práctica de la exención impositiva de la banda ancha móvil y fija podría suponer reducciones de hasta el 8% para una canasta básica de acceso a las TIC. Lo que representaría un avance considerable en la dirección de la universalización de la banda ancha.
Las recomendaciones de ASIET continúan con la propuesta de reforma regulatoria y de las políticas públicas a partir del paradigma convergente. Enfatizando la necesidad de una nueva institucionalidad sectorial, mediante la creación y puesta en marcha de un único regulador convergente e independiente en los mercados de voz, datos y audiovisual, que permita eliminar zonas grises en atribución de funciones y conflictos de competencia, así como las asimetrías y/o duplicidad de cargas regulatorias, administrativas y fiscales.
Para el caso del fortalecimiento de la Economía Digital, ASIET propone lo siguiente:
Desarrollar el Internet Industrial para lograr impactos positivos en el sector productivo. En particular, se destaca la relevancia de la transformación digital de las medianas y pequeñas empresas, que de acuerdo a la CEPAL suponen el 99% del tejido empresarial y más del 60% del empleo en América Latina, pero sólo suponen un 29% del PIB, apenas un 8,4% de las exportaciones y se caracterizan por su escasa digitalización y productividad en comparación con las grandes empresas.
Crear condiciones para que los servicios digitales colombianos puedan competir en el ecosistema digital. Fomentar la creación de contenidos y aplicaciones locales, y avanzar hacia marcos normativos livianos que se adapten al contexto económico del ecosistema digital e incentive la innovación.
Dar un salto en materia de formación y habilidades digitales. El conocimiento es “fundamental para una sociedad y economía digital”. Mientras en 2015 en Estados Unidos se graduaron 293.000 ingenieros y en Alemania 80.500, en Colombia apenas 11.600.
La propuesta a los candidatos finaliza destacando la certeza de ASIET de que mediante las acciones propuestas, “es posible generar el cambio profundo que permita a Colombia consolidarse como un líder indiscutible de la región y como un ejemplo en el orden global”.
Fuente: ASIET