Agencias
Para escudriñar el origen y estallido del universo o ahondar en la comprensión de su expansión acelerada se necesita de los últimos avances tecnológicos, es por esto que en 2021, en Australia y Sudáfrica, se va a empezar a construir SKA, el mayor radiotelescopio del mundo con miles de antenas distribuidas en miles de kilómetros.
Esta futura «telaraña de antenas» está ahora en el tramo final de su fase de diseño y, una vez terminado, será el radiotelescopio con mayor capacidad de barrido del cielo, mayor precisión, campo de visión y sensibilidad. Gracias a esto se podrá observar el momento de formación de las primeras galaxias, comprobar las afirmaciones de Albert Einstein en su Teoría de la Relatividad General, estudiar la formación de otros sistemas estelares, saber más de los púlsares -estrellas de neutrones-, e incluso buscar biomarcadores vinculados con la habitabilidad de planetas.
SKA, las siglas en inglés de Square Kilometre Array, contará con el apoyo de diversas naciones: Australia, Canadá, China, Francia, India, Italia, los Países Bajos, Nueva Zelanda, Sudáfrica, España, Suecia, y Reino Unido. Además, junto al European Extremely Large Telescope (E-ELT), ubicado en el Cerro Armazones, en la Región de Antofagasta, se transforman en los dos principales centros de investigación astronómica en la superficie del planeta.
La primera idea de SKA se remonta a principios de los 90 y el radiotelescopio se va a construir en dos fases. La primera, SKA1, empezará en 2021 y en ella se van a colocar 125 mil antenas dipolo en 65 kilómetros de Australia, y unas 200 parabólicas en 150 kilómetros de Sudáfrica.
Las antenas dipolo recibirán frecuencias muy bajas y servirán, entre otras cosas, para analizar el momento en el que nacieron las primeras estrellas y galaxias, y las parabólicas captarán frecuencias más altas para la observación de púlsares y agujeros negros y la posible detección de las ondas gravitacionales.
Durante la fase dos, SKA se extenderá geográficamente; en concreto, en el telescopio africano se instalarán antenas a lo largo de ochos países del continente y en el telescopio australiano las parabólicas llegarán, desde el oeste del país, hasta Nueva Zelanda.
Todos ellos son lugares más o menos remotos elegidos para evitar que los aparatos electrónicos que emiten radiofrecuencias y usados por humanos interfieran en las débiles señales del universo.
Fuente: Emol