Orinoco: Drones y satélites para ayudar a pueblos bajo las aguas

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Agencias

Más tecnología y menos demagogia puede ser la solución para mitigar la gran tragedia que se está desarrollando en la Orinoquia venezolana y colombiana, donde el río padre, el Orinoco, el tercero más caudaloso del mundo, y sus afluentes, mantienen bajo las aguas más de cien poblados, y en situaciones precarias de supervivencia a miles de personas

Drones para evaluar los daños

La evolución tecnológica ha permitido que se destinen dispositivos para ayuda en zonas inundadas y de riesgo. La Cruz Roja Americana lanzó el primer programa de drones para ayuda en desastres naturales. El organismo ya usó un dron para evaluar el daño que dejó a su paso el huracán Harvey en Houston. Las imágenes permitieron a la organización determinar qué áreas son las que precisaban ayuda inmediata.

El dron fue suministrado por la compañía CyPhy Works y financiado por UPS, y voló durante una semana por las zonas más afectadas por el huracán. La propia organización ha declarado que está dispuesta a compartir los archivos con otros organismos que puedan necesitarlos.

Tras los efectos que está provocando el cambio climático, es muy probable que cada vez haya más tecnologías destinadas a ayudar en desastres naturales, y más organizaciones dedicadas a proover su uso.

Mientras los gobiernos, tanto de Venezuela como de Colombia de modo tardío envían medicinas, mantas, y crean muros de modo precipitado, el diario El Tiempo advierte que ha faltado coordinación ante los cambios climáticos cada vez más alarmantes. La región de la Orinoquia resiente los impactos de las fuertes lluvias como no se había visto en varias décadas, señala un editorial dedicado a las inundaciones descomunales que vive la región que rodea al Orinoco y sus afluentes.

Como lo indica el editorial del diario El Tiempo de Bogotá “Poner la planeación territorial en el centro de la gestión del riesgo puede dar luces sobre cómo y dónde deben especificarse los usos del suelo para evitar costos posteriores en reubicaciones o atención de emergencias”.

La emergencia impacta sobre todo a las comunidades más vulnerable y se prenden las alarmas de una tragedia mayor, cuando las aguas desciendan y queden los poblados a merced de enfermedades y miserias. Según el diario colombiano “ las alarmas de una posible tragedia que puede superar la del año pasado por el desbordamiento de los ríos Sangoyaco, Mulato y Mocoa”.

Al programa de drones desarrollado por la Cruz Roja, se une ahora un ordenador capaz de prever huracanes e inundaciones. Los datos del satélite meteorológico Himawari-8 y científicos del Instituto Rikei de Japón demostraron que la incorporación de datos satelitales permite predecir y mejorar la evolución y el desarrollo de un tifón.

Takemasa Miyoshi, líder del equipo de Rikei, declaró que Himawari 8 está enviando big data que hasta el momento no estaba disponible. De este modo, se puede construir un sistema que permite a los meteorólogos medir la altura de las nubes, información vital para estimar factores como el viento, la temperatura y el volumen de humedad en la atmósfera.

El equipo de Riken analizó un tifón como prueba de las aptitudes de esta nueva tecnología. Una gran cantidad de satélites son utilizados por instituciones y organizaciones como Protección Civil, ya que gracias a ellos se pueden observar las áreas en deforestación o el incremento poblacional, así como observar los nacimientos de volcanes y los crecimientos de lagos o presas.

Mejor uso de las redes sociales

Hasta el momento no se ha establecido un sistema de redes sociales que permitan brindar mejor auxilio a las víctimas de la tragedia, los mandatarios regionales deben invertir recursos de manera coordinada. Safety Check”, que permitió a los usuarios de Facebook indicar a sus seres queridos que se encuentran bien tras el terremoto, o el localizador de personas de Google, usado por más de 20.000 mexicanos tras el último sismo.

Las conclusiones del editorial del diario El Tiempo son contundentes:

“Hay que pensar en una adaptación a las condiciones climáticas que trascienda las soluciones típicas de muros o diques, es decir que contemplen una gestión integral de las cuencas hidrográficas. Más allá de los anuncios coyunturales relacionados con soluciones de vivienda, atención en salud y créditos a comerciantes en los municipios afectados, lo que también demuestra el impacto de la ola invernal en la Orinoquia y otros departamentos es que el país debe hacer muchos más esfuerzos en la prevención y predicción de este tipo de emergencias.

Poner la planeación territorial en el centro de la gestión del riesgo puede dar luces sobre cómo y dónde deben especificarse los usos del suelo para evitar costos posteriores en reubicaciones o atención de emergencias”.

Limitarse a enviar alimentos, o colocar a la carrera muros de arena no es suficiente, es necesario repensar el problema del cambio climático y actuar en consecuencia.

Fuente: Miami Diario

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