Por Israel Quiñones, STRM Noticias
Continuamos encarrilados en el mismo tren que propuso la Ley en telecomunicaciones y radiodifusión emitida en 2013. Los mexicanos nos encontramos al filo del abandono del progreso digital, gracias a que las prebendas necesarias no se tomaron para enfrentar la digitalización del país y, dar una cobertura universal para todos los mexicanos.
Es necesario que las decisiones importantes se tomen a la brevedad posible y, recuperar el camino que llevará a México hacia el rumbo correcto en este sector. Para ello, la necesidad de dejar de lado a aquellos que creen que el no invertir les dejará mejores rendimientos que, el hecho de crear nueva infraestructura y una mayor penetración de banda ancha basada en la fibra óptica y no, en una banda angosta con un modelo inalámbrico que se basa en una tecnología vieja creada en China y que, ya no se usa.
La reivindicación del sector de las telecomunicaciones es posible, si se toman las medidas necesarias para impulsar el crecimiento del mercado en distintos rubros, ya que, solamente se ha intensificado la saturación del mercado en las grandes urbes, pero, se ha dejado de lado las regiones con menor población, pero en las que hay abonados potenciales con necesidades claras de conectarse a la red, así como, el cumplimiento del artículo sexto constitucional, en el que se consagra el acceso universal de la población mexicana, es decir, no sólo se trata de hacer negocio en donde ya está saturado el mercado, se trata de pensar en México y coadyuvar en la construcción y consolidación de una sociedad del conocimiento y de la implementación de la economía digital para el bienestar de todos los que puedan acceder a la misma.
La visión convergente en la competencia, es otra penosa derrota para la reforma en telecomunicaciones y radiodifusión que impulsó este gobierno. Mientras que, en el mercado de las telecomunicaciones los precios bajaban para los usuarios finales, en el de la televisión de paga los precios aumentaron más de un 14 por ciento en 3 años, pues según el mayor operador de este mercado argumentaba que, la inflación le obligó a aumentar las tarifas a sus suscriptores, siendo que, todos los participantes y conocedores del sector saben que el precio de los servicios de telecomunicaciones no aumenta por dichas condiciones del país.
Mientras que el IFT se ensañaba con el único operador con las ganas y la capacidad de invertir en el crecimiento del sector de las telecomunicaciones en México, este mismo Instituto permitió el abuso de los operadores de Televisión de paga, dejando de lado el desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de lado y además, haciendo a un lado la competencia convergente, por lo que, el abuso en el incremento de los precios se elevó a tal magnitud y con el permiso del regulador, que a final de cuentas, no hizo de forma equitativa su trabajo.
México exige una mejor regulación que realmente beneficie a los ciudadanos y que no, solamente trabaje a favor de las empresas pusilánimes que pretenden ganar sin invertir, sin generar empleos, ni infraestructura. México necesita convergencia que mejore los servicios y la calidad de los mismos, así como el crecimiento de los mismos a favor de los usuarios finales y logre ofertar una amplia gama convergente con una mayor penetración de la red en el territorio nacional.
El modelo actual esta obsoleto, el país requiere una mejora inmediata en el sector de las telecomunicaciones y con ello, un ingreso total a las TIC, no quedarse estacando en el televisor, aunque este sea de paga y hasta en este mercado, se necesita una mayor oferta de nuevos operadores que ofrezcan mejores precios y mayor inversión.
Se trata de crecer, no de estancarse. Es necesario el crecimiento de las telecomunicaciones y de forma transversal, esto para que todos los sectores productivos, culturales, educativos y particulares tengan la capacidad de decisión y de ingreso a las nuevas tecnologías, así como, el crecimiento de la creatividad de los concesionarios para ofertar mejores soluciones tecnológicas a sus usuarios.
No sólo se trata de una competencia convergente, también se necesita que se cree y se invierta en mejores redes y por ende, en más infraestructura que contribuya y coadyuve con la cobertura universal, esto sin duda alguna, contribuirá con el mejoramiento y bienestar de millones de mexicanos marginados por la pobreza y la desconexión.
El cambio democrático que ha vivido México a partir del primero de julio, debe verse traducido en todos los sectores productivos y sociales y uno fundamental, es el sector de las telecomunicaciones, mismo que, puede ofrecer un recorte sustancial en la brecha económica, educativa y cultural en todos los aspectos, siempre y cuando, se dejen de lado los intereses mezquinos de los que compiten por la red del preponderante y no, por abonados a través de la inversión, la creación de empleos, la innovación y la creatividad.
Fuente: STRM Noticias