Agencias
Cada año, 500 millones de personas aceptan la política de privacidad de los productos de Google, una treintena de páginas en PDF en las que los usuarios temen que se esconda el uso fraudulento de sus datos: «Nosotros no vendemos datos», asevera el director de ingeniería de Google EMEA, Stephan Micklitz.
La compañía tiene un modelo de negocio basado en la venta de espacios publicitarios, pero sus clientes nunca acceden a información de los usuarios: «Tus datos se almacenan en tu cuenta y solo tu tienes acceso a ellos, nadie más puede verlos», asegura el directivo en una entrevista con Efe.
El departamento que dirige este ingeniero alemán lleva años y mucho esfuerzo dedicado a una herramienta que ahora lanza bajo el nombre de «Centro de Seguridad», y que sirve para que el usuario gestione las opciones de privacidad de las aplicaciones de la compañía (Maps, Gmail, el buscador Google y Youtube) y las entienda de un modo fácil.
La mayoría de las opciones de esta nueva herramienta estaban disponibles desde hacía tiempo, pero ahora están puestas «en contexto» y es más fácil acceder a ella -se sitúa junto al resto de aplicaciones, en la parte superior derecha de Chrome-, explica el responsable de la compañía.
El complejo y largo documento legal del acuerdo de privacidad sigue estando ahí, «por cuestiones legales», pero el equipo que dirige Micklitz ha empleado «mucho esfuerzo» en que los usuarios entiendan «los términos que aceptan» y elijan si quieren compartir sus datos.
«Nuestro objetivo no es que le den al botón de aceptar (la política de privacidad), sino que entiendan lo que están aceptando y las opciones que tienen», subraya.
La nueva herramienta es más dinámica y se apoya en gráficos para explicar qué datos recoge una aplicación y por qué.
Y es que, aunque el procesamiento de datos tenga mala fama, su razón de ser es ofrecer un «buen servicio» al usuario; el procesamiento de datos fue lo que convirtió a Google un buen buscador.
«Pero compartirlos en una elección privada», recalca el directivo.
La entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y los escándalos que han afectado a las grandes tecnológicas por el tratamiento de los datos de sus usuarios, han obligado a las compañías a hacer un mayor esfuerzo en materia de transparencia.
«La gente quiere entender cada vez más», reconoce.
Para Google, la aprobación del RGPD -la normativa europea que se aprobó el 25 de mayo y que otorga todo el poder al usuario- supuso un «gran esfuerzo» para la compañía, aunque tenían «un buen punto de partida», admite el directivo.
El Estado de California prepara una ley similar a la restrictiva RGPD y muchas voces piden una iniciativa legislativa parecida a nivel nacional en Estados Unidos.
«Hay una diferencia fundamental en cómo se entiende la privacidad en Europa y Estados Unidos: Aquí está considerado un derecho fundamental, en Estados Unidos se ve más como una cuestión de protección del consumidor».
Pero si se mira a las preocupaciones de los usuarios en ambas regiones, los recelos son similares: «¿Cómo se almacenan mis datos?, ¿Están seguros? o ¿Puede alguna empresa tener acceso a ellos?… en eso no hay diferencias».
Fuente: EFe