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Por Nicolás Lucas, El Economista

AT&T consiguió la primera autorización que el Instituto Federal de Telecomunicaciones entrega en México a quien quiera construir una red de inalámbrica de telecomunicaciones basada en la novedosa tecnología 5G.

La concesión garantiza a AT&T la posibilidad de crear y explotar una red 5G sobre el espectro de los 3.4 GHz de manera privada y experimental por un periodo de seis meses en la Ciudad de México, sobre las alcaldías de Azcapotzalco, Benito Juárez, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo.

Allí, AT&T pretende probar infraestructura basada en una tecnología conocida en la industria como “ Massive MIMO”. Por tanto, AT&T realizará pruebas con una tecnología que comienza a ser identificada y estandarizad como 5G.

AT&T utilizará un bloque de 25 MHz de ancho de banda, entre las frecuencias de los 3500 y 3525 MHz, para identificar las viabilidades y complicaciones de lanzar nuevos productos inalámbricos fijo/móviles en México basados en tecnología 5G y sobre esa banda radioeléctrica de la que también ha sido histórico titular de un trozo de 50 MHz, y de los que todavía podrá competir por más de esas señales en un futuro proceso licitatorio del IFT.

Con esta oportunidad, AT&T también podrá identificar parámetros de velocidad o latencia y sobretodo, cómo puede sacar mejor provecho a la bolsa de contenidos y de otros servicios y productos ahora en su poder tras las multimillonarias compras que ha venido concretando desde años atrás de otros actores de telecomunicaciones, radiodifusión y medios digitales como, por ejemplo, Time Warner para poder adelantarse en el mercado a Telcel, el primer jugador del negocio móvil en el país.

AT&T presentó su solicitud al IFT el 3 de septiembre de 2018 y completó toda la información requerida el día 3 de diciembre de pasado, entre ella los elementos que demostraran que la empresa cuenta con la capacidad financiera y el conocimiento técnico para desplegar una red de telecomunicaciones, en este caso de Quinta Generación (5G).

De acuerdo con documentos del regulador, la concesión entregada a este operador tuvo un costo de 10,725 pesos, esto por ser la intención de AT&T una de tipo experimental y sin fines de lucro y basada también en elementos relacionados con la licitación IFT-7 sobre la banda de 2.5 GHz.

La entrega de la concesión fue avalada enteramente por cuatro comisionados y con reservas de tres comisionados más del pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones.

Todavía se desconoce si como parte de sus experimentaciones AT&T «combinará» los 25 MHz concedidos por el IFT con otras bandas radioeléctricas como las de 850 MHz o de 1.7/2.1 GHz de las que es titular y con ello conseguir mayores eficiencias con su plan tecnológico de 5G.

Axtel, Telmex y AT&T tienen un tesoro en la banda de 3.4 GHz

El IFT dijo el año pasado a este medio que ha comenzado el diseño de un plan de reordenamiento para el espectro de los 3.4 Gigahercios y que analiza también la posibilidad de sacarlo al mercado para finales del año 2020 en conjunto con la banda de los 600 MHz.

De esta manera, el regulador mexicano armaría un nuevo proceso licitatorio simultáneo para poner a disposición de la industria 70 MHz de frecuencias de la banda de 600 MHz y otro paquete de 150 MHz de señales de la banda de 3.4 GHz para la configuración de próximos servicios de 5G, en principio para productos inalámbricos fijos.

La banda de los 3.4 GHz en México va de los 3.3 a los 4.2 Gigahercios y en otros mercados se le identifica como de “3.3 GHz” o de “3.5 GHz”.

La banda de 3.4 GHz es un espectro que empezó a ser concesionado en los años 90s en distintos mercados para varios servicios inalámbricos fijos, pero que debido a las demandantes inversiones en el despliegue de infraestructura para su explotación fue que perdió cierto atractivo.

Ahora, la innovación tecnológica de veinte años después ha comenzado a revaluar a esa banda de frecuencias, que en algunos países como México tiene un ancho de banda de 200 MHz repartidos hoy en tres bloques de 50 MHz entre Axtel, Telmex y AT&T, antes Iusacell, pero de los que aún restan bloques regionales de 50 Megahertz para potenciales interesados que deseen explotarlo con la tecnología de comunicación 5G, fija o móvil.

Fuente: El Economista

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