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Agencias

Los efectos colaterales de la situación de Estado de Alarma amenazan con salpicar en las próximas horas a las compañías de telecomunicaciones españolas. En concreto, el Gobierno prevé suprimir el derecho de la portabilidad de telecomunicaciones, es decir, suspender temporalmente la facultad de los usuarios españoles de cambiarse de operador y conservar el número de la línea anterior.

En las últimas horas, los representantes del Ejecutivo, presumiblemente a través de la Secretaria de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, han mantenido contactos virtuales con las compañías de telecomunicaciones para analizar las ventajas e inconvenientes de esta medida.

Fuentes de los operadores de telecomunicaciones consultadas por el diario Economista de España, eludieron confirmar el fin provisional de la portabilidad, pero confirmaron las existen de intensas negociaciones sobre ese asunto.

En el caso de que la medida engrose el listado de iniciativas del Gobierno para afrontar la crisis del coronavirus, los usuarios de telecomunicaciones no podrán acudir a los distribuidores de los operadores de telecomunicaciones para adquirir la nueva tarjeta SIM, ni tampoco se destinará el servicio de correos o mensajería para estos fines. Las compañías de telecomunicaciones tampoco podrán enviar a sus instaladores a los domicilios de los clientes para realizar las tareas técnicas propias del cambio de proveedor de redes fijas.

Asimismo, el registro único y centralizado que gestiona este tipo de movimiento de clientes -financiado por los propios operadores- tiene previsto cancelar totalmente la actividad de su nodo central hasta próximo aviso.

Ante semejantes impedimentos, todo apunta a que las compañías de telecomunicaciones podrán destinar la totalidad de su atención en el mantenimiento y mejora de la atención para los usuarios. Por su parte, los usuarios han evitado cualquier experimento o riesgo en cuanto a la disponibilidad de sus conexiones, derivado de posibles cambios de proveedor, lo que ha derivado en una caída radical de las cifras de portabilidad.

Voces críticas

Fuentes del sector apuntan que «la medida de suspensión de la portabilidad conculcaría el derecho de los consumidores y perjudicaría a las personas que posiblemente anhelen cambiar de compañía para disfrutar de mejores conexiones y precios». Por esos motivos, añaden, «suspender la portabilidad supone una auténtica barbaridad. De hecho, en otros países en condiciones peores que las de España, como es Italia, no se han suprimido dichas facultades de los usuarios». Las mismas fuentes también esgrimen el impacto que el fin de la portabilidad supondrá para el empleo del sector, con miles de comerciales en la actividad, y recuerdan que el reparto de tarjetas SIM «podría realizarse con los mismos recursos y medios por los que los comercios electrónicos distribuyen sus mercancías».

Infraestructuras estratégicas

El pasado fin de semana, los cinco principales operadores suscribieron un comunicado conjunto para recomendar a los españoles un uso racional y responsable de las redes con el objetivo de garantizar la calidad para uso prioritarios, como el teletrabajo o la teleenseñanza.

El último año, la portabilidad de los servicios de telecomunicaciones fue especialmente intensa, con la mudanza de 9,5 millones de conexiones, de las que 7,3 millones se corresponden con líneas móviles y 2,2 millones de líneas fijas. En dicho trajín de clientes, el Grupo MásMóvil y los operadores móviles virtuales (especialmente Digi) fueron los principales beneficiarios de la batalla de la portabilidad, mientras que Movistar, Orange y Vodafone sufrieron un saldo negativo a lo largo de 2019.

Fuente: El Economista España

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