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Por Nicolás Lucas, El Economista

El operador de redes de telecomunicaciones Highline, propiedad de Digital Colony, ofertó 120 millones de dólares más que Vivo, TIM y Claro de Carlos Slim por los 34 millones de usuarios celulares de Oi, un operador de servicios de video, voz y datos que ahora pretende convertirse en una compañía de servicios de capacidad a través de redes de fibra óptica.

La probabilidad de que el mercado brasileño de telecomunicaciones se consolide en tres grandes operadores nacionales con la repartición de los 34 millones de clientes celulares de Oi entre Vivo de Telefónica, TIM de Telecom Italia y Claro de América Móvil, del empresario Carlos Slim, cayó en suspenso, luego que Oi —afligida por una deuda global cercana a los 20,000 millones de dólares—, aceptara negociar en exclusiva, hasta el 3 de agosto, con Highline de Digital Colony la venta de esos activos por al menos 2,930 millones de dólares.

Highline superó en 120 millones de dólares la oferta de 2,810 millones de dólares que una semana antes habían presentado Tim, Vivo y Claro por la división móvil de Oi. Los tres operadores tampoco consiguieron en este momento ser tratados como compradores prioritarios por participar en el mismo negocio que la división de Oi en venta.

La intención de la tríada TIM-Vivo-Claro también ya advertía obstáculos regulatorios, debido a la participación de mercado de cada una de esas tres marcas a nivel regional o nacional. Estas compañías tenían en marzo del 2020 el 38.5%, 20.7% y 27.5% del mercado celular brasileño, en tanto que la participación de Oi rondaba el 12.1 por ciento.

De ahí que los tres operadores acordaron primero que, entre otras acciones, Claro y Vivo crecerían su presencia en el área de Sao Paulo, en tanto que TIM y Vivo lo harían en Río de Janeiro y TIM, en solitario, iría por el noroeste del país, en caso de que su propuesta por los 34 millones de usuarios de Oi lograra prosperar también entre los reguladores brasileños CADE y Anatel.

Traído a México, la dimensión de la venta celular de Oi equivaldría a un combinado de los clientes de AT&T con los de Movistar, que sólo en móvil ambas suman 40 millones de consumidores. El ARPU móvil de Oi en marzo de 2020 equivalía a 71 pesos mexicanos, superior al dato de Movistar, de 55 pesos promedio por mes, y cercano al de AT&T.

De hacerse con los activos celulares de Oi, Highline de Colony Digital estaría convirtiéndose en nuevo operador móvil de Brasil y eventualmente en operador torrero, por los casi 200 millones de dólares que semanas atrás también ofertó por la unidad de torres de Oi, pero no en un nueva compañía que recién inicia en aquel país, pues allí desde hace tiempo construye redes de telecomunicaciones en hospitales, estadios centros comerciales y otros complejos con público masivo.

Llegado el 3 de agosto, Highline y Oi podrán ampliar su acuerdo de negociación exclusiva, de cara a conseguir un trato de compraventa definitivo por los activos celulares de Oi. En caso contrario, la oferta de TIM-Vivo-Claro es la alternativa, en el supuesto de que esas compañías no desistan de sus intenciones.

La prensa sudamericana —TeleSemana, TeleSintesi y Teletime— advierte que Highline convertiría a los activos de Oi en una red neutral en la que sumaría sus propios servicios y al mismo tiempo ofrecería capacidad mayorista al resto de los operadores, que en algunas áreas de Brasil verían la oportunidad de reducir costos en el despliegue de infraestructura por la red de Oi ya existente allí y Claro, Vivo y TIM, en particular, tendrían la ventaja de evitarse a un nuevo competidor celular minorista, todo según progresen las negociaciones entre Oi y Highline.

Highline do Brasil es un operador que se hizo propiedad de Digital Colony el año pasado, firma a su vez dirigida por el inversionista Thomas Barrack Jr., de origen libanés. La revista Forbes cita en Estados Unidos que Barrack gestiona activos por 50,000 millones de dólares, de los que un tercio suponen infraestructuras. En ese país, Barrack Jr. es considerado un amigo cercano del presidente Donald Trump y del Partido Republicano.

La firma Digital Colony, además de mostrarse interesada por Oi de Brasil, ya invirtió en 2013 en la empresa torrera Mexico Towers Partners y durante el año 2017 en Andean Telecom Partners y este año, en abril, anunció un centro de datos en Sao Paulo, de la mano de Uol Diveo.

Ahora podría hacerse con la división celular de Oi, con apoyo de Algar Telecom, uno de los operadores brasileños de telecomunicaciones que no ha confirmado enteramente que va en alianza con Digital Colony por esos activos.

Fuente: El Economista

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