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Antonio Lorenzo / Judith Arrillaga, eE

No solo las grandes tecnológicas estadounidenses tienen motivos para preocuparse ante sus futuras obligaciones de financiación y mantenimiento de las redes de telecomunicaciones. Además de Google, Netflix, Meta, Apple, Microsoft o Amazon, también los servicios de televisión lineal ofrecidos en streaming resultarán implicados por el proyecto de regulación comunitaria. En el caso de España, los gigantes audiovisuales Atresmedia, Mediaset y TVE ofrecen sus contenidos por Internet de forma complementaria a la radiodifusión tradicional. El volumen de ancho de banda que estas compañías consumen de las infraestructuras de los operadores de telecomunicaciones cada vez es mayor, debido a los cambios de hábitos de las audiencias. De hecho, la televisión lineal está evolucionando a gran velocidad en su forma de llegar al gran público, con un evidente sorpasso de las antenas de televisión a las conexiones de fibra óptica y banda ancha móvil (4G y 5G).

La señal de alerta entre las cadenas de televisión tradicionales se activó la semana pasada, durante el Mobile World Congress de Barcelona (MWC), con motivo de la intervención del codirector general de Netflix, Greg Peters, en una de las ponencias estrella de la feria. En su opinión, la reclamación de las telecos y proveedores de acceso a Internet para que empresas como Netflix contribuyan de forma justa en el mantenimiento de las redes, debería hacerse extensiva a las cadenas de televisión convencionales, «en la medida en que estas vayan pasando de la emisión lineal al streaming para ofrecer a sus clientes los mismos beneficios que actualmente brinda Internet».

Por el momento, los grandes grupos de televisión españoles consultados por este medio prefieren no pronunciarse al respecto, puesto que todavía no hay nada en firme. Sin embargo, fuentes del sector consultadas por elEconomista.es le restan importancia a la posible norma y alegan que la cuota de mercado de las televisiones tradicionales es bastante marginal en comparación con la que acaparan las big tech.

En el mismo foro, Peters defendió su causa al advertir que la tasa que prevé imponer la Comisión Europea reduciría su inversión en contenidos, cuyo presupuesto ha superado los 56.000 millones de euros en los cinco últimos años. Ese importe representa más de la mitad de su facturación a lo largo de ese período de tiempo.

Convencido de que la mejor defensa es un buen ataque, Peters también recordó que los márgenes de beneficios de las grandes productoras de televisión y series en streaming «son significativamente más bajos que los obtenidos por BT y Deutsche Telekom. Nosotros podríamos argumentar que son las telecos las que deberían pagarnos el coste del contenido».

Antes del inicio del MWC, el comisario europeo de Industria, Thierry Breton, anunció la próxima apertura de una consulta pública para recabar información sobre las posibles formas de financiación de las redes por parte de las compañías cuyos contenidos acaparan un porcentaje relevante del tráfico, estimado de forma oficioso en el 10%. A falta de conocer el texto de la consulta, las mismas fuentes apuntaban que no tendría sentido incluir a las televisiones tradicionales, puesto que serían simples pymes en comparación con las big tech.

Fuente: eE

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