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Por Antonio Lorenza, eE

Abonarán 25 millones cada operador para utilizar el espectro durante 25 años.

Telefónica y América Móvil -compañía controlada por el Grupo Carso, propiedad de Carlos Slim-, se repartirán las frecuencias de 5G de Uruguay para convertirse en los dos únicos licitadores y adjudicatarios de unos recursos radioeléctricos que marcarán el futuro de las telecomunicaciones en el país latinoamericano. A través de sus respectivas marcas, Movistar y Claro, cada uno de los operadores hizo suyo un bloque de 100 MHz de la banda de 3,5 GHZ a cambio de poco más de 28 millones de dólares (25,6 millones de euros), por lo que las arcas de la república que preside Luis Lacalle Pou ingresó 56,151 millones de dólares (51,2 millones de euros).

Según los resultados de la licitación, las dos compañías pujaron por poco más de lo mismo, en concreto, la compañía de Carlos Slim puso sobre la mesa 100.000 dólares más que el precio de salida y el grupo español apuró en su oferta con apenas 51.000 dólares más que el precio mínimo.

Bastaron tres rondas para resolver un asunto del que se excluyó el operador estatal Antel, que ya tenía reservado para su uso un tercer bloque, también de 100 MHz de la misma banda de frecuencia ( 3300 a 3400 MHz y 3600 a 3800 MHz) , según se desprende de las condiciones de la licitación promovida por el regulador Ursec, la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones. En el pliego de condiciones se contempla un plazo de vigencia de los derechos de uso de las frecuencias de 25 años, con la posibilidad de renovar los derechos de uso tras su vencimiento. El otorgamiento de la renovación está condicionado, a que no se configure un incumplimiento a las obligaciones establecidas en las condiciones de la adjudicación. En el mismo documento se justifica la exclusión del operador estatal Antel al tratarse de una empresa pública, de la que «podría aducirse que su presentación en el procedimiento competitivo distorsionaría las ofertas por el hecho de poseer unidad de caja con el Estado, pues es este quien recibirá el producido de la subasta, contando entonces con una ventaja a la hora de ofertar». Por esos motivos, el Gobierno rruguayo consideró conveniente evitar su participación en favor de la transparencia, equidad y credibilidad del procedimiento.Los dos operadores podrán espaciar el pago de las frecuencias en cuatro entregas. El 25% del importe dentro de los 30 días siguientes desde la asignación; el 50% dentro de los 12 meses siguientes; el 12,5% dentro de los 24 meses siguientes desde la asignación y el 12,5% restante dentro de los 36 meses, hasta mayo de 2026.

Los compromisos de inversión también son escalonados, con la obligación de desplegar 70 estaciones base en todo el país, con un par de antenas en una decena de departamentos, excluido Montevideo. Hasta la primavera de 2026, Movistar y Claro se comprometen a tener operativas al menos dos sites en cada uno de los 19 departamentos del país. Tras este proceso de adjudicación de frecuencias, Uruguay se convierte en el cuarto país de Latinoamérica en iniciar la carrera tecnológica del 5G, justo por detrás de la República Dominicana, Brasil y Chile.

Por otra parte, Laura Abasolo, Directora General de Finanzas y Control para Telefónica y responsable de Hispanoamérica ya explicó el pasado jueves, durante la conferencia de analistas posterior a la presentación de resultados del operador, que su grupo se centra «en ser muy racional en las subastas de espectro». Así aludió a la subasta de espectro de Uruguay, para asegurar que se resolvió «a un precio reservado, muy bien gestionado».

Fuente: eE

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