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Por Antonio Lorenzo, eE

La restauración de la neutralidad de la red en Estados Unidos, perdida durante el mandato de Donald Trump, y el futuro de un Internet abierto, libre, rápido y justo se debate estos días promovido por el árbitro del sector en aquel país, la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones). Será el 19 de abril, cuando se someterá a votación un proyecto que evitará que las compañías de telecomunicaciones puedan priorizar el tráfico de algunos proveedores sobre otros en sus redes.

La presidenta de la FCC, Jessica Rosenworcel, abandera un movimiento que representa un primer paso. «Cuando votemos sobre esta normativa, invitaremos al público a hacer comentarios sobre cómo el restablecimiento de las normas de neutralidad de la red puede ayudar a garantizar el acceso justo a Internet.

En concreto, intentaremos elaborar un informe actualizado sobre la mejor manera de restablecer una norma nacional uniforme de Internet abierta», explica Rosenworcel a través de un texto de la web de la FCC. En dicho documento, también se recuerda que el 80% de los estadounidenses apoya las políticas de internet abiertas. En su opinión, la derogación de la neutralidad de la red -bajo instancias de la administración Trump- «colocó a la FCC en el lado equivocado de la historia, de la ley y del público». Entre otras consecuencias, aquella decisión determinó que la infraestructura de Internet no necesita supervisión. «Y eso es un error», reclama la presidenta de la FCC.

Ante esa situación, la agencia estadounidense ha anunciado el proceso para corregirlo. La primera fase consiste en invitar al público a realizar comentarios sobre cómo el restablecimiento de las normas de neutralidad de la red puede ayudar a garantizar una internet abierta. El reto consiste en evitar «el bloqueo, la estrangulación del acceso y la priorización pagada». El caldo de cultivo parece favorable, una vez que los demócratas han tomado este octubre el control mayoritario de los cinco miembros de la FCC, por primera vez desde que Biden asumió el cargo en enero de 2021.

Antes de la reforma Trump, el proveedor de banda ancha «no tenía por qué cortar el acceso a sitios web, ralentizar los servicios de Internet ni censurar la expresión en línea. Tampoco podía tener favoritismos, como la posibilidad de redireccionar rápidamente a algunos sitios y servicios en línea a cambio de un pago, ni relegar a un camino accidentado y lento para llegar a todos los demás. Es decir, el usuario podía ir adonde quisiera y hacer lo que quisiera en Internet sin que su proveedor de banda ancha se interpusiera y eligiera por usted».

Según explica Rosenworcel, los diferentes estados han ocupado durante los últimos años el «vacío creado por la retirada de la FCC de la neutralidad de la red». De esta forma, la presidenta del organismo supervisor propone a la Casa Blanca «volver a intervenir con una política nacional que garantice el acceso libre a Internet».

En la misma carta abierta, Rosenworcel recuerda algunas de las lecciones aprendidas durante la pasada pandemia. «El Covid nos ha enseñado, con dolorosa claridad, lo importante que es el acceso a la banda ancha en la vida moderna y EEUU ha asumido un compromiso histórico para garantizar que el acceso a Internet de alta velocidad llegue a todos. Hemos invertido en esta infraestructura como nunca antes lo hemos hecho», concluyó.

Fuente: eE

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