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Por Antonio Lorenzo, eE

El Grupo Telefónica ha resumido en tres grandes objetivos sus compromisos hasta 2026: crecimiento, rentabilidad y sostenibilidad (GPS, en sus siglas en inglés). Con este nuevo norte, el operador de telecomunicaciones considera que ya ha terminado su fase de transformación, iniciada en noviembre de 2019, y que ha llegado el momento de poner en valor esa nueva compañía diseñada para la revolución de los servicios digitales. Telefónica ha presentado además de su nuevo plan estratégico, que garantiza un dividendo como mínimo de 0,3 euros hasta 2026 y una generación de caja en ese año de 5.000 millones de euros, sus resultados en el acumulado de los nueve primeros meses del año.

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, detallará en las próximas horas, en una conferencia con los analistas (se puede seguir en directo a través de Youtube), los pormenores de un plan estratégico que contempla una tasa anual media de incremento de los ingresos del 1% en el periodo 2023-26, un repunte del resultado operativo antes de amortizaciones (ebitda) del 2% y una mejora de la generación de caja interanual del 10% hasta los 5.000 millones de euros a finales de 2026. Este último logro se espera alcanzar por la confluencia de diversos factores, entre ellos la reducción en dos puntos porcentuales del esfuerzo que se destina a inversión respecto a los ingresos, actualmente del 14% y que menguarán al 12%. Telefónica considera que el «pico de la inversión» en nuevas redes ya se ha superado en tres de sus mercados estratégicos -España, Brasil y Alemania- por lo que se puede derivar parte de esos recursos para reducir la deuda y consolidar el dividendo en los próximos años, al menos con la retribución actual de 0,30 euros al año por título.

Respecto a las previsiones de saneamiento, Telefónica estima un ratio de deuda de 2,5 o 2,2 veces ebitda, frente a la magnitud actual, que fluctúa en función de los trimestres entre 2,7 y 2,8 veces resultado operativo antes de amortizaciones. A grandes rasgos, y tras el examen de conciencia de los últimos meses, Telefónica se considera sobradamente preparada para explicitar su ambición por crecer de forma rentable y sostenible. Según se desprende del referido plan GPS, que consta de más de 90 páginas con gráficos y proyecciones, el grupo presume de solidez financiera para capear los posibles temporales del convulso panorama geoestratégico. De hecho, la multinacional ya cuenta con una liquidez de 20.772 millones, poco más del doble de los vencimientos de deuda previstos hasta 2026, estimados en 10.300 millones de euros.

Esa solvencia crediticia, junto con el vigor de su generación de caja, la reducción de deuda, el incremento de los ingresos y ebitda, el mantenimiento del dividendo a largo plazo y la transformación del grupo para abordar los retos de la digitalización son los pilares de este GPS, llamado a convencer desde ahora a los mercados. Por líneas de negocios, la compañía confía en elevar las ventas en el segmento de consumo (B2C), con una tasa anual media de incremento del 1,5% en el trienio de referencia, ritmo que será mucho mayor en el área de empresas (B2B) que llegará al 5%, en línea con la evolución de los últimos trimestres. Telefónica considera que no habrá que esperar mucho tiempo para percibir los resultados de este plan GPS en la cuenta de resultados, de forma que el próximo 2024 ya se apreciarán los primeros frutos.

De hecho, y pese a que los objetivos del próximo ejercicio se desvelarán el próximo febrero, Telefónica anticipa una velocidad de crucero considerable en el incremento de los ingresos derivados de los acuerdos con los partners de la compañía, así como la obtención de eficiencias que ayuden a reducir la estructura de costes y la referida reducción de la inversión. En este caso, Telefónica entiende que la mayor parte de sus deberes en despliegue de fibra óptica y 5G ya se ha realizado, algo que no pueden decir muchos de sus competidores europeos. Estas menores inversiones, junto con la ambición de crecer en ingresos y ebitda, invitan al grupo a afrontar el futuro inmediato con unas perspectivas de solidez, posiblemente diferenciales en el sector.

El exponente más fiel de la transformación se refleja en el referido aumento de la generación de caja, desde los 2.100 millones de 2023, los 4.000 millones de euros previstos en 2023 y los 5.000 millones de euros en 2026. En esa tarea, la teleco modifica la propia definición de FCF (flujo libre de caja) que la compañía utilizará en adelante. En ese caso, dicha magnitud excluirá las inversiones en compra de frecuencias, costes de reestructuración y recapitalizaciones en su joint venture británica VMO2. Las nuevas filiales creadas en 2019 también han respondido a las expectativas del grupo, según explican desde Telefónica.

De esa forma, Telefónica Tech juega un papel relevante para el cumplimiento de los objetivos del plan GPS, con una historia de crecimiento que se prolongará hasta 2026. Hasta esa fecha, la sociedad espera registrar una tasa anual media de crecimiento del 18%, por encima del mercado, para terminar 2026 con unos ingresos de 3.000 millones de euros.

A su vez, Telefónica Infra, unidad de infraestructuras también creada en 2019, apostará por la conquista de nuevos mercados para, en 2026, haber desplegado fibra hasta el hogar (FTTH) en 30 millones de unidades inmobiliarias (UUII), frente a los 20 millones actuales. Todo lo anterior hará posible que Telefónica sume 100 millones de edificios pasados con fibra en 2026.

Compromisos de Sostenibilidad

En cuanto a la sostenibilidad, la teleco centrará en sus empleados y clientes los retos inmediatos en cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza, basados en principios de integridad, transparencia y sencillez. También se compromete en alcanzar la paridad de género en los máximos órganos de gobierno de la compañía en 2030 y las emisiones netas cero en 2040, esto último con la ayuda de las energías renovables, la eficiencia y la circularidad, según explica la teleco. En el caso de la plantilla, el grupo trabajará en motivar e impulsar la diversidad, la movilidad y el ‘reskilling’, para así «ganar en agilidad y garantizar una gestión responsable de la transición digital».

Al margen de lo anterior, la teleco abogará por intensificar su colaboración con la industria de las telecomunicaciones con el fin de liderar el proceso de lograr un entorno regulatorio más justo para el sector. En ese empeño, Telefónica incidirá para reclamar un reparto más equitativo de las inversiones en redes con las grandes tecnológicas estadounidenses.

Fuente: eE

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