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Por Antonio Lorenzo, eE

La telco española renovó con AT&T el acuerdo de uso de red hasta 2030
La filial cuenta con 24 millones de clientes, susceptibles de transferir si surge una oferta interesante

Telefónica explora la venta de los restos de negocio mexicano, una vez que el operador no dispone de infraestructuras móviles en aquel mercado, y en sintonía con el plan estratégico de noviembre de 2023. En aquella fecha, el grupo dejó la puerta abierta a todo tipo de operaciones de los negocios ajenos a España, Brasil, Reino Unido y Alemania. En todos los casos, el operador apuesta por mantener una posición de escucha activa para todos los posibles interesados, pero sin prisas y sin intención de malvender ninguno de sus negocios, por pequeño o deficitario que parezca. En el caso de México, Telefónica cuenta con cerca de 24 millones de abonados, clientela que podría transaccionar a otra compañía si surgiera oportunidades interesantes.

Con ese talante receptivo en Hispanoamérica, el operador lleva analizando desde hace dos años no sólo las posibles desinversiones en México o en Argentina, con la ayuda de bancos de negocios en dichos países, sino también en el resto de los mercados de la filial Hispanoamericana, es decir, Perú, Chile, Venezuela, Uruguay, Ecuador y Colombia. En este último mercado, Telefónica alcanzó el año pasado un acuerdo de venta de activos con Millicom, que actualmente está pendiente de los últimos flecos regulatorios.

Telefónica ya ha soltado lastre en Guatemala y El Salvador por 570 millones de euros, así como en Costa Rica, a cambio de 455 millones de euros.Según informa elPaís, la compañía ahora presidida por Marc Murtra ha encargado al banco de inversión JP Morgan y al bufete de abogados White&Case la desinversión en México. El mismo medio también apunta que la operación podría realizarse antes de la celebración de la próxima Junta de Accionistas, previstas para el mes de abril, en un encuentro que servirá de presentación de Marc Murtra ante sus accionistas en calidad de presidente de Telefónica

Según informan fuentes del mercado al diario el Economista – España, Mexico es un país históricamente complicado para Telefónica debido a la competencia directa con el gigante America Movil, marcado por el interés manifiesto de Telefónica de «analizaría cualquier oportunidad inorgánica que permita mejorar el retorno del capital empleado en el país», como ya reconoció el expresidente de Telefónica José María Álvarez-Pallete hace ahora seis años, en febrero de 2019.

Sin embargo, la transferencia de activos en México no se limitaba únicamente a la venta total, sino que también existían muchas otras opciones, como la compartición de activos o la entrada de socios en la sociedad. Ante esa tesitura, el operador abandonó su red móvil, con la consiguiente devolución de las frecuencias al estado mexicano, debido a los elevados costes de mantenimiento y explotación. Antes de ejecutar ese paso irreversible, Telefónica rubricó un acuerdo de ocho años de duración, en noviembre de 2019, para utilizar el espectro de AT&T México. En el pandémico 2020, Telefónica México realizó la migración gradual de sus clientes de una red para utilizar los recursos de 3G, 4G y desde 2002 también los de 5G de su socio y competidor estadounidense.

No obstante, tanto Telefónica México como AT&T continuaron desde entonces «operando de manera independiente, manteniendo el respectivo control sobre sus redes de transporte y core, así como sus activos, plataformas de gestión, estrategia, oferta comercial y usuarios», según pactaron ambos grupos. Esa devolución de las frecuencias de Telefónica México, completada en 2022, generó a la compañía unos ahorros de 4.500 millones de pesos anuales (210 millones de euros).

El año pasado, Telefónica México y AT&T México renovaron su acuerdo de red para extender hasta 2030 la vigencia del convenio de acceso a capacidad de última milla inalámbrica. Ese pacto fue valorado por los dos grupos de forma muy favorable ya que «el acuerdo fortalece la capacidad de competir de cada una de las empresas en un mercado altamente concentrado, y es una muestra de confianza entre dos compañías comprometidas con seguir creciendo en el sector telecomunicaciones para llevar oportunidades de conectividad a más personas en el país».

La experiencia en México también animó a Telefónica Hispanoamerica a considerar la posible réplica de la estrategia mexicana en otros países del otro lado del Atlántico, no sólo para mejorar el servicio, sino también para incrementar la rentabilidad y avanzar en la transformación estructural del grupo. De hecho, el acuerdo de Telefónica México con AT&T frenó una posible operación corporativa con Millicom, que entonces de perfila como posible interesada por los activos aztecas de Telefónica.

Fuente: eE

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